ÉGLOGA I: PRÁCTICA DE COMENTARIO DE TEXTO
Os dejo aquí el poema de Garcilaso de la Vega. La lectura de estos análisis de textos os puede ofrecer un posible modelo (de entre los muchos que hay) de elaboración de comentarios. Destaco como requisitos indispensables para realizar un buen comentario los siguientes aspectos: expresión escrita, capacidad analítica y de relacionar ideas, organización de los contenidos, conocimientos sobre el tema, y por supuesto, práctica previa para familiarizarse con el lenguaje y la estructura del comentario.
SALICIO
¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas;
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo yo me avergüenzo agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir una hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
(…)
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba:
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
El texto que vamos a analizar corresponde a la Égloga I de Garcilaso de la Vega, en la que los pastores Salicio y Nemoroso se quejan por el dolor que produce un amor no correspondido o la ausencia de la amada. Pertenece al género lírico, ya que expresa los sentimientos, emociones e ideas de una voz poética que, en este caso, corresponde al pastor Salicio. Corresponde a la lírica renacentista, en el siglo XVI. Su autor, Garcilaso de la Vega, es uno de los mayores representantes de la primera etapa del Renacimiento. Recogía las características el ideal de caballero de la época: conocimiento de letras y de armas. Este poema pertenece a la colección de églogas del autor, en las que unos pastores muestran sus sentimientos en un entorno idealizad, mediante el tópico del locus amoenus. El poeta también destaca por sus sonetos, odas, elegías y epístolas.
El tema principal de este fragmento es la queja de Salicio a Galatea, mediante el tópico del reprobatios Amoris. Ella hace sufrir al alma del pastor, por lo que este está profundamente dolido. Como tema secundario, cabe destacar el locus amoenus, con el que la voz poética, Salicio, compara la naturaleza idealizada (blanco lirio, verde hierba, viento fresco, etc.) con el amor que tenía antes con Galatea. Pero ella, ahora, le ha engañado.
Garcilaso ha construido su poema utilizando una estructura métrica heredada de Italia, el soneto, que él consigue utilizar de forma magistral. Aunque, en este fragmento, hay irregularidades en cuanto a la métrica y la rima, ya que el soneto aún no estaba del todo consolidado. En el poema hay versos de arte menor, pero predominan los de arte mayor. La rima es consonante, ya que riman tanto las vocales como las consonantes.
Dentro del plano morfosintáctico, como es propio en la época, abundan los adjetivos y sustantivos, que ayudan a la descripción del paisaje.
En el plano léxico-semántico, hay varios tipos de connotaciones. En la primera parte del poema, el autor utiliza palabras con valores negativos (muriendo, me dejas, vergüenza, desamparado, lágrimas, etc.), mientras que, en la segunda parte, tienen valores positivos (agradaba, fresco, blanco, primavera, etc.). Aunque, en los versos finales, vuelven a aparecer palabras negativas (siniestra, desventura, lágrimas). La función que predomina, como en todos los textos literarios, es la poética. Además, también cabe destacar la expresiva, mediante la cual Salicio expresa sus sentimientos. También presenta función apelativa, con el uso de vocativos (Galatea). Hay oraciones exclamativas, con las que se queja (¡Ay, cuánto me engañaba!) e interrogativas para expresar sus dudas (¿De un alma desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo della salir ahora?).
En conclusión, el texto es propio del Renacimiento por su tema (el amor), sus tópicos (locus amoenus y reprobatios Amoris). Por otra parte, la forma de expresar es la perfecta para mostrar las quejas y dudas de Salicio sobre el amor. Además, el lenguaje es sencillo, pero, a su vez, expresivo.
(Ampliación del comentario)
Este texto es un fragmento del monólogo de Salicio perteneciente a la Égloga I, escrita por Garcilaso de la Vega. Pertenece al periodo del Renacimiento, por lo tanto, fue escrita en el siglo XVI. Se corresponde con el género lírico, concretamente con el subgénero de la égloga, composición en la que unos pastores idealizados exponen sus quejas amorosas en un ambiente caracterizado como un Locus amoenus (“lugar ameno”, lleno de paz, flores, frescas arboledas, ríos, animales…).
El tema principal del poema es el dolor causado por el rechazo de la amada, Galatea, es decir, el tópico Reprobatio Amoris (“reprobación al amor”). Como tema secundario se observa el Locus amoenus, en el que los pastores exponen sus quejas.
La función del lenguaje predominante es la poética, ya que se trata de un texto literario, y el autor busca la belleza y la originalidad. Otras funciones del lenguaje presentes en esta composición son la expresiva, dado que el yo poético expresa sus sentimientos ante el estado de desengaño amoroso, y la apelativa, se intenta llamar la atención del receptor (lector) mediante oraciones exhortativas.
Está escrito en estancia de canción petrarquista. Su esquema métrico es el siguiente: 11A, 11B, 11C, 12B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 12E, 11E, 11F, 7E, 11F / 11A, 11B, 11C, 10B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 11E, 11E, 11F, 7E, 11F. Como se observa predominan los versos endecasílabos y heptasílabos, aunque presenta ciertas anomalías, como versos dodecasílabos o decasílabos. En cuanto a la rima, los versos tienen rima consonante, la cual se desarrolla de la misma manera en las dos partes del poema. Los versos endecasílabos son de arte mayor, y los heptasílabos, de arte menor. El yo poético no es el autor, sino Salicio, el cual realiza un monólogo.
En el plano morfosintáctico predominan las oraciones enunciativas, aunque presenta ciertas interrogaciones, exclamaciones y oraciones exhortativas. Respecto al tipo de palabras, abundan, en la primera parte, los verbos, mayoritariamente de estado (vivir, morir, ser…), y, en la segunda parte, los adjetivos.
En el plano léxico-semántico, en la primera parte, el autor utiliza palabras con connotación negativa, en la mayoría de los casos; mientras que, en la segunda parte, se produce una degradación, se compara la felicidad del pasado (términos con connotación positiva) con el dolor del presente (palabras con connotación negativa).
Los recursos literarios presentes en el texto son la hipérbole (“Oh más dura que mármol a mis quejas”), paradoja (“y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve”), hipérbaton (“vergüenza he que me vea ninguno en tal estado”), interrogación retórica (“¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir una hora?”), personificación (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), epíteto (“verde hierba”), anáfora (“¡Ay, cuánto me engañaba! / ¡Ay, cuan diferente era…!” o “Por ti el silencio… / por ti la esquividad…”), repetición para acabar cada acto (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), encabalgamiento (“Vergüenza he que me vea / ninguno en tal estado”), enumeración (“la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa”).
El autor emplea las oraciones enunciativas para expresar una realidad, en este caso ficticia; las interrogativas, para llamar la atención del receptor (lector) y para manifestar su duda; las exhortativas, también para llamar la intención del receptor; y las exclamativas, para resaltar sus sentimientos. Los adjetivos se emplean para describir y caracterizar el paisaje como un Locus amoenus, y para expresar el cambio entre el pasado y el futuro.
En conclusión, el texto es propio del Renacimiento por su tema (el amor), sus tópicos (locus amoenus y reprobatios Amoris). Por otra parte, la forma de expresar es la perfecta para mostrar las quejas y dudas de Salicio sobre el amor. Además, el lenguaje es sencillo, pero, a su vez, expresivo.
Además es un texto típicamente renacentista, ya que se perciben influencias clásicas, que tienen como resultado motivos y temas utilizados en la época, así como el tipo de composición empleado. La égloga es un subgénero de tradición clásica muy utilizado en la época. La estancia es un tipo de composición típico del siglo XVI. En este monólogo de Salicio se observan temas como el amor, el motivo por excelencia de la poesía garcilasista, y la naturaleza descrita como un entorno idealizado. El empleo de epítetos es otro ejemplo de que este poema pertenece al Renacimiento.
¡Hola a todos!
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas;
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo yo me avergüenzo agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir una hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba:
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
El texto que vamos a analizar corresponde a la Égloga I de Garcilaso de la Vega, en la que los pastores Salicio y Nemoroso se quejan por el dolor que produce un amor no correspondido o la ausencia de la amada. Pertenece al género lírico, ya que expresa los sentimientos, emociones e ideas de una voz poética que, en este caso, corresponde al pastor Salicio. Corresponde a la lírica renacentista, en el siglo XVI. Su autor, Garcilaso de la Vega, es uno de los mayores representantes de la primera etapa del Renacimiento. Recogía las características el ideal de caballero de la época: conocimiento de letras y de armas. Este poema pertenece a la colección de églogas del autor, en las que unos pastores muestran sus sentimientos en un entorno idealizad, mediante el tópico del locus amoenus. El poeta también destaca por sus sonetos, odas, elegías y epístolas.
El tema principal de este fragmento es la queja de Salicio a Galatea, mediante el tópico del reprobatios Amoris. Ella hace sufrir al alma del pastor, por lo que este está profundamente dolido. Como tema secundario, cabe destacar el locus amoenus, con el que la voz poética, Salicio, compara la naturaleza idealizada (blanco lirio, verde hierba, viento fresco, etc.) con el amor que tenía antes con Galatea. Pero ella, ahora, le ha engañado.
Garcilaso ha construido su poema utilizando una estructura métrica heredada de Italia, el soneto, que él consigue utilizar de forma magistral. Aunque, en este fragmento, hay irregularidades en cuanto a la métrica y la rima, ya que el soneto aún no estaba del todo consolidado. En el poema hay versos de arte menor, pero predominan los de arte mayor. La rima es consonante, ya que riman tanto las vocales como las consonantes.
Hay numerosas figuras retóricas tales como: comparaciones (“más dura que el mármol”); paradojas, en las que contrapone ideas (“encendido fuego-helada nueve”); desorden en la estructura normal de una oración, es decir, hipérbaton (“vergüenza he que me vea ninguno en tal estado, de ti desamparado”); paralelismo, en el que repite la misma frase en ambas partes (“salid sin duelo, lágrimas, corriendo”); epítetos(selva umbrosa, fresco viento, verde hierba, etc.); enumeraciones de ideas (“por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa”); hipérbole con la que exagera hechos (“más dura que el mármol”); y encabalgamiento. Este último también es herencia italiana, con él se consigue cortar una frase inacabada al final del verso y continuarla en el siguiente, lo que le da sonoridad al poema.
Dentro del plano morfosintáctico, como es propio en la época, abundan los adjetivos y sustantivos, que ayudan a la descripción del paisaje.
En el plano léxico-semántico, hay varios tipos de connotaciones. En la primera parte del poema, el autor utiliza palabras con valores negativos (muriendo, me dejas, vergüenza, desamparado, lágrimas, etc.), mientras que, en la segunda parte, tienen valores positivos (agradaba, fresco, blanco, primavera, etc.). Aunque, en los versos finales, vuelven a aparecer palabras negativas (siniestra, desventura, lágrimas). La función que predomina, como en todos los textos literarios, es la poética. Además, también cabe destacar la expresiva, mediante la cual Salicio expresa sus sentimientos. También presenta función apelativa, con el uso de vocativos (Galatea). Hay oraciones exclamativas, con las que se queja (¡Ay, cuánto me engañaba!) e interrogativas para expresar sus dudas (¿De un alma desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo della salir ahora?).
En conclusión, el texto es propio del Renacimiento por su tema (el amor), sus tópicos (locus amoenus y reprobatios Amoris). Por otra parte, la forma de expresar es la perfecta para mostrar las quejas y dudas de Salicio sobre el amor. Además, el lenguaje es sencillo, pero, a su vez, expresivo.
(Ampliación del comentario)
Este texto es un fragmento del monólogo de Salicio perteneciente a la Égloga I, escrita por Garcilaso de la Vega. Pertenece al periodo del Renacimiento, por lo tanto, fue escrita en el siglo XVI. Se corresponde con el género lírico, concretamente con el subgénero de la égloga, composición en la que unos pastores idealizados exponen sus quejas amorosas en un ambiente caracterizado como un Locus amoenus (“lugar ameno”, lleno de paz, flores, frescas arboledas, ríos, animales…).
El tema principal del poema es el dolor causado por el rechazo de la amada, Galatea, es decir, el tópico Reprobatio Amoris (“reprobación al amor”). Como tema secundario se observa el Locus amoenus, en el que los pastores exponen sus quejas.
La función del lenguaje predominante es la poética, ya que se trata de un texto literario, y el autor busca la belleza y la originalidad. Otras funciones del lenguaje presentes en esta composición son la expresiva, dado que el yo poético expresa sus sentimientos ante el estado de desengaño amoroso, y la apelativa, se intenta llamar la atención del receptor (lector) mediante oraciones exhortativas.
Está escrito en estancia de canción petrarquista. Su esquema métrico es el siguiente: 11A, 11B, 11C, 12B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 12E, 11E, 11F, 7E, 11F / 11A, 11B, 11C, 10B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 11E, 11E, 11F, 7E, 11F. Como se observa predominan los versos endecasílabos y heptasílabos, aunque presenta ciertas anomalías, como versos dodecasílabos o decasílabos. En cuanto a la rima, los versos tienen rima consonante, la cual se desarrolla de la misma manera en las dos partes del poema. Los versos endecasílabos son de arte mayor, y los heptasílabos, de arte menor. El yo poético no es el autor, sino Salicio, el cual realiza un monólogo.
En el plano morfosintáctico predominan las oraciones enunciativas, aunque presenta ciertas interrogaciones, exclamaciones y oraciones exhortativas. Respecto al tipo de palabras, abundan, en la primera parte, los verbos, mayoritariamente de estado (vivir, morir, ser…), y, en la segunda parte, los adjetivos.
En el plano léxico-semántico, en la primera parte, el autor utiliza palabras con connotación negativa, en la mayoría de los casos; mientras que, en la segunda parte, se produce una degradación, se compara la felicidad del pasado (términos con connotación positiva) con el dolor del presente (palabras con connotación negativa).
Los recursos literarios presentes en el texto son la hipérbole (“Oh más dura que mármol a mis quejas”), paradoja (“y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve”), hipérbaton (“vergüenza he que me vea ninguno en tal estado”), interrogación retórica (“¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir una hora?”), personificación (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), epíteto (“verde hierba”), anáfora (“¡Ay, cuánto me engañaba! / ¡Ay, cuan diferente era…!” o “Por ti el silencio… / por ti la esquividad…”), repetición para acabar cada acto (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), encabalgamiento (“Vergüenza he que me vea / ninguno en tal estado”), enumeración (“la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa”).
El autor emplea las oraciones enunciativas para expresar una realidad, en este caso ficticia; las interrogativas, para llamar la atención del receptor (lector) y para manifestar su duda; las exhortativas, también para llamar la intención del receptor; y las exclamativas, para resaltar sus sentimientos. Los adjetivos se emplean para describir y caracterizar el paisaje como un Locus amoenus, y para expresar el cambio entre el pasado y el futuro.
En conclusión, el texto es propio del Renacimiento por su tema (el amor), sus tópicos (locus amoenus y reprobatios Amoris). Por otra parte, la forma de expresar es la perfecta para mostrar las quejas y dudas de Salicio sobre el amor. Además, el lenguaje es sencillo, pero, a su vez, expresivo.
Además es un texto típicamente renacentista, ya que se perciben influencias clásicas, que tienen como resultado motivos y temas utilizados en la época, así como el tipo de composición empleado. La égloga es un subgénero de tradición clásica muy utilizado en la época. La estancia es un tipo de composición típico del siglo XVI. En este monólogo de Salicio se observan temas como el amor, el motivo por excelencia de la poesía garcilasista, y la naturaleza descrita como un entorno idealizado. El empleo de epítetos es otro ejemplo de que este poema pertenece al Renacimiento.
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